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Células madre y terapias antienvejecimiento

Las células madre pueden utilizarse para diversos tratamientos antienvejecimiento del rostro. Las arrugas, surcos y la pérdida de firmeza de la piel que se registran con los años, se generan por la pérdida de colágeno, ácido hialurónico y elastina; pero además, porque la capacidad de la piel de restituir dicha pérdida es cada vez menor.

Piel y células madre

Las causas de este déficit funcional son variadas: el paso del tiempo, la exposición al sol, el estrés al que estamos sometidos y la ausencia de cuidados sobre la piel a lo largo de nuestra vida.

Las células madre otorgan la ayuda para frenar ese proceso de deterioro. Al incorporar las células madre mensenquimales a la terapia dermatológica, se busca reparar el tejido que se fue dañando y retroceder el reloj biológico. Estas células directamente sobre la epidermis y la dermis, que comienzan a dañarse de forma irreversible con los años.

Células madre y su acción en la cara

Las células madre de los pacientes, que previamente se obtuvieron de su propia grasa y fueron diferenciadas en la laboratorio, se pueden implantar a en distintos lugares y a distintos niveles en la cara, para atacar una amplía gama de problemas.

Las células madre pueden aplicarse a nivel subcutáneo, en las zonas más marcadas por arrugas de expresión o por exposición a la luz solar. Por ejemplo, a nivel de las comisuras, de los surcos nasogenianos, el entrecejo, la zona de las patas de gallo, para rellenar ojeras y también a nivel de párpados, para frenar la flacidez del párpado superior. En estos casos las células rellenan los surcos ya marcados, pero además estimulan toda la piel a nivel intradérmico para que vaya regenerándose.

Las zonas mencionadas arriba son zonas muy vascularizadas, por lo que resultan de alto riesgo para otros tipos de tratamientos. Riesgos que con las células madre, no existen, ya que éstas nunca obstruyen la vascularización periocular.

Implantes

Otra opción es aplicar las células madre en los labios, los cuales se van afinando a través del paso de los años, perdiendo volumen y contorno. Con las células madre se puede mejorar su delineado, su forma y su consistencia. Actualmente, no existe otra terapia que logre regenerar de forma tan natural los labios.

La tensión y el tono de la piel también se ven afectadas con el paso de los años, ya que no sólo la piel va perdiendo el colágeno, sino que también se pierde la grasa subcutánea. Esto nos lleva a un tercer enfoque que consiste en aplicar las células madre a un nivel un poco más profundo, para llegar a esa grasa subcutánea, y estimular que se vaya formando nuevamente. De esta manera, se puede combatir el “rostro de bulldog”, que se origina por la perdida de la grasa bajo los pómulos; pero también la aparición de la mayor demarcación de la papada o del borde de la cara.

Aplicaciones de células madre para rejuvenecimiento facial

En los casos de piel, la experiencia nos ha ayudado a definir que deben hacerse entre 2 a 3 aplicaciones para empezar a ver los cambios.

Antes
Despues

La primera aplicación se hace sobre un tejido deteriorado. Su principal objetivo es preparar el terreno. Tras esta primera aplicación se observa que cambian las características de la piel: empieza a estar más elástica, más hidratada, con mayor turgencia, pero estos cambios son sutiles inicialmente.

Entre la 3ra y 5ta semana posterior a la primera aplicación, se realiza una segunda. Este nuevo implante trabaja sobre un terreno que ya está en movimiento biológico. Es a partir de este momento que los cambios empiezan a hacerse más evidentes las mejorías y se notan más los cambios: disminución de surcos, mejor delineamiento de los labios, recuperación de firmeza en párpados, etc.

La tercera aplicación se realiza de igual forma tras las 3ra a 5ta semanas del segundo implante. Los objetivos de las dos aplicaciones finales es potenciar el proceso de regeneración celular que se inició con el primer implante.

Estos resultados no se logran cuando se aplica plasma rico en plaquetas, que rellena el espacio pero no logra recuperar la turgencia de la piel; ni con el acido hialurónico que se reabsorbe con el tiempo y requiere múltiples aplicaciones.

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